Las vacunas han sido las armas más efectivas de intervención
biomédica para controlar las enfermedades infecciosas en el mundo.
A pesar de
los éxitos en la prevención y tratamiento del VIH, se considera que se
requerirá una vacuna para terminar con la pandemia del VIH.
Los retos para el desarrollo de una vacuna profiláctica frente
al VIH son múltiples:
1. El VIH presenta una diversidad genética tremenda así como una
gran capacidad de mutar que puede evadir las respuestas humorales y celulares.
Por tanto, uno de los retos es generar antígenos que den lugar a respuestas
inmunes relevantes con reactividad cruzada. Por otra parte no existen potentes
anticuerpos neutralizantes que incluya la extensa diversidad genética del virus
2. El VIH se integra rápidamente en el genoma del huésped y
establece un reservorio latente que no se puede eliminar mediante los antirretrovirales
convencionales o respuestas inmunes específicas del virus. Por tanto una vacuna
necesitaría inducir una producción de anticuerpos específicos del virus potente
y funcional que bloqueara la infección inicial además de un alto nivel de linfocitos
T para el control virológico
3. No se conocen ejemplos de eliminación espontánea
inmunitaria del virus a través de la inmunidad natural
Durante los últimos 30 años se han evaluado ensayos clínicos de
eficacia con los siguientes conceptos de vacunas basadas en:
1.
Proteínas de envoltura
del VIH purificadas
2.
Vectores recombinantes
de adenovirus o de poxvirus
3.
Plásmidos de DNA
Ciertas modestas protecciones con algunos de estos ensayos
sugieren la idea de que una vacuna frente al VIH es posible. Expertos en
vacunas afirman tener claras razones para el optimismo aunque el desarrollo de
la misma esté siendo lento y con muchos retos científicos.
Referencia: Barouch, N Engl J Med, 28 de noviembre, 2013